Hace unos años un curioso antropólogo intentaba explicarme que adentrarse en el complejo mundo del mito y del ritual es emprender un camino sin retorno, cuyo destino es desconocido para quién inicia el viaje y aunque se dispone de mapa y brújula, su estudio suele afectar a las convicciones más profundas del viajero. A veces, me decía, el viajero cuenta con la ciencia como base de convicciones y otras veces con su ideología o filosofía, pero siempre pondremos en cuestión todo aquello que tuvimos como correcto. Finalizó su exposición pidiéndonos honestidad con nosotros mismos y recordándonos que hay que admitir que hay muchas cosas difíciles de explicar.
Los alumnos de 1º de bachillerato, de la mano de Amparo, han trabajado a lo largo del primer trimestre del curso los mitos, diferenciándolos de la filosofía, para entender mejor la relación entre mito y filosofía y aprovechando la oportunidad que les ha otorgado Indalecio han elaborado mitos sobre árboles. Cada uno intenta ser una explicación de distintos asuntos, como por ejemplo la variedad de árboles, de frutas, por qué se les caen las hojas.
Os invito a ver una pequeña selección, el resto los podréis ver dentro de poco creciendo por los pasillos mágicos del instituto.
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