miércoles, 15 de diciembre de 2010

AQUELLO SE LLAMA NOCHE.

Hoy, Andrés Felipe Gaviria, estudiante de 1º de la ESO en el IES Alejo Vera de Marchamalo os cuenta su viaje al centro de la tierra y las leyes de las estrellas. Este viaje nace como fruto de una actividad en la asignatura de Ciencias de la Naturaleza en la que había que inventar y redactar una leyenda o mito que explicase un fenómeno de la naturaleza. Bonito viaje Felipe.

"Aquello que se llama noche"

Un día cualquiera estaba el Sol iluminando el espacio y la Luna lo miraba pacientemente. La Tierra giraba a su antojo alrededor de su propio eje y se trasladaba a su bola por el sistema solar, sin tener en cuenta que debía cumplir con las leyes impuestas por el Sol y por la galaxia. Al Sol, como rey de los astros, no le hacía ninguna gracia el comportamiento de la Tierra, y ese día decidió que habría doce horas de día con luz solar y otras doce de noche con la compañía de la Luna. Así la Tierra empezó a cumplir las leyes de las estrellas.

" Viaje al centro de la Tierra"

En la Universidad Complutense de Madrid, en el año 2018, Andrés Felipe Gaviria Bonilla, estudiante de Geografía Universal, gana un concurso para acompañar al profesor Antonio García en su aventura científica de viajar al centro de la Tierra, en compañía de tres alumnos más.

Era un proyecto previsto por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de España y patrocinado por el Fondo Europeo para la Investigación y el Desarrollo y la NASA, entidad americana. El inicio de la hazaña fue el 1ro de enero. Los cinco afortunados recibieron instrucciones para manejar y controlar la nave que los llevaría al centro de la Tierra. Los trajes, el equipo de protección y los aparatos de comunicación estaban fabricados para resistir altas temperaturas y superar las dificultades que encontrarían en su viaje. Andrés Felipe llevaba algunas cosas personales entre las que se destacaban: un móvil de alta tecnología, una cámara fotográfica ultramoderna y una minigrabadora especial, todo ello para asegurarse que junto con lo que les habían dado los encargados del programa, pudieran enviar a la superficie y guardar todo lo que vieran, escucharan y vivieran durante su aventura.

Desde el comienzo, al entrar al volcán inactivo que los llevaría a su destino, todo fue asombro y alegría. Encontraron agua subterránea -dulce y salada-, muchos minerales, oro, esmeraldas, carbón, rocas de diferentes formas y colores. El calor fue aumentando y el corazón del volcán les enseñó su lava y sus espesas burbujas. Los cambios fueron importantes y los 20 días que duró el viaje cambiaron la historia de la ciencia. Los cinco aventureros volvieron sanos y salvos, y las muestras que trajeron, tanto de raros animales, extrañas plantas y minerales desconocidos, ayudarían a la investigación de la historia del planeta y al desarrollo de nuevos materiales para la construcción y decoración y al invento de nuevos medicamentos. Fue una experiencia inolvidable y valiosa para la humanidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

no estoy deacuerdo con este trabajo por que no lo hizo el niño sino su padre y es injusto que niños trabajando y no se los pongan