lunes, 20 de enero de 2014

ANDORRA. 2014. LOS PAJARITOS SON MÁS PEQUEÑITOS Y VUELAN SOLITOS.

Aprender a volar solo no es fácil, aprender a levantarte cuando te caes tampoco lo es… Cuesta mucho aprenderlo y enseñarlo, pero debemos ejercitarlo y por supuesto educarlo.

En estos días de sol y nubes, de nieve y silencios, de frio y nervios, de goces y sufrimientos, de…. he estado esquiando en Andorra con mis alumnos. A mí me gusta salir con ellos, es la mejor forma, no solo de inculcar conocimientos y enseñar, sino de educar, que es tarea más ardua y complicada. De nada sirve educar la mente -como decía Aristóteles- sin educar el corazón.

He podido ver a lo largo de toda esta semana, de intensas emociones, dos tipos de polluelos, unos –a los que los naturalistas llamamos nidícolas- que al nacer son totalmente dependientes de sus padres, por tanto, éstos los alimentan, les dan calor, les dan todo lo que les piden hasta que puedan abandonar el nido definitivamente, si alguna vez lo abandonan. Son los más difíciles de criar debido a todas las atenciones, numerosas y constantes, que hay que darles. A estos polluelos yo les llamo gorriones o golondrinas...

El otro tipo de polluelo que he visto es el nidífugo… Estos pollos al nacer son capaces de escapar del nido, pero deben permanecer al lado de sus padres, a los que siguen a todas partes para aprender a conseguir el alimento… Son muy independientes y están muy acostumbrados a correr y a aletear solos ante los obstáculos, antes de hacer su primer vuelo…  A estos les llamo patos o perdices.

Todos nacemos con alas pero es nuestra tarea aprender a volar. No es difícil aprender pero sí muy difícil enseñar. En estos viajes me doy cuenta de los errores que comentemos a la hora de hacerlo. Como maestro intento compensar o complementar las clases de vuelo que reciben en sus distintos nidos pero es muy difícil, vienen con la lección muy aprendida y se ríen de las nuevas sesiones de revoloteos, acrobacias, planeos y voladas…En fin, como dijo la Madre Teresa de Calcuta, en una de sus clases de vuelo: Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo. Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño. Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida. Sin embargo…en cada vuelo, en cada vida, en cada sueño, perdurará siempre la huella del camino enseñado.

Otra de las cosas que hago cuando viajo con alumnos, es pensar que cosas necesita nuestro sistema educativo para mejorar. En este viaje he reflexionado mucho sobre la necesidad del aprendizaje social y emocional y ético. La mayoría de las escuelas y sistemas educativos no tienen en cuenta la necesidad de enseñar a gestionar y a interpretar emociones y sentimientos, sobre todo en la adolescencia… ¡Cuantas competencias trasnochadas tiene nuestro sistema educativo! ¡Qué necesaria es empezar una revolución educativa!
Sé que muchos de los alumnos que estáis leyendo este artículo, os  esperabais una crónica-resumen del viaje; con las frases, descripciones, anécdotas, personajes curiosos, momentos de risa, de tristeza por Caldea, Grand Valira, el Canillo y el Tarter… Os prometí hablar de mis emociones, de mis sensaciones, de mis vivencias y es lo que estoy haciendo…

… Sé que queréis que os hable de cómo me miro las uñas, o que os diga por no sé qué número de vez ya, “los pajaritos son más pequeñitos y vuelan solitos”, al pedirme que os sujete un guante o un palo de esquí, o un casco, o una botella de agua…O que os apriete los ajustes del esquí o la correa del casco o el gorro.

…También se que queréis que escriba de la red wifi del hotel, de las noches en vela, del tortuoso reparto de habitaciones… Y que os hable de lo que nos ocurrió con las toallas del hotel, o de las tarjetas-llaves, o de Javier el conductor o incluso de Gaspar…Todo eso lo dejo para vosotros, es vuestra tarea.

De vuelta, en el autobús, micrófono en mano, invité a que muchos “pajaritos” pusiesen nombre y describiesen las emociones y sensaciones que habían vivido en el viaje. Es importante percibirlas, verbalizarlas, compartirlas, diferenciarlas; para saber adoptar una postura ante ellas, para gestionarlas de la forma más correcta posible, para construir y mantener relaciones, para tomar decisiones, para enfrentarse a los conflictos que llegan en la vida, para incrementar la autonomía personal y los comportamientos pro-sociales, para ser mas empáticos, para ser más justo, mas sensible y compasivo con los otros…En definitiva para volar solo. Apenas lo hicieron.

Me gusta hablar de lo que siento, escribir lo que percibo, expresar lo que vivo, reflexionar sobre lo que me preocupa… Por eso a este artículo lo he titulado: Los pajaritos son más pequeñitos y vuelan solitos.



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